domingo, 16 de febrero de 2014

Sierra del Moncayo y almendros en flor

¡Esta apunto de suceder…!, las tierras del Moncayo están vibrando, y sobre ellas los almendros se preparan para el gran estallido de la floración, de repente los almendros que parecen moribundos pelados de hojas, empiezan a salir como una especie de yemas pero que en realidad son capullos apunto de abrirse, de repente empieza el maravilloso espectáculo de la naturaleza donde reinaba el gris invierno, queda relevado por millones de flores que van abriéndose cada día de colores que van del blanco al rosa, que huelen tan bien que no te apartarías de ellas.

Moncayo rodeado de almendros




delicada flor de almendro


almendros en flor, en la Sierra del Moncayo



De repente parece que los almendros empiezan a despertar  y con ellos, las abejas empiezan su trabajo polinizador recorriendo flores, hiendo y viniendo a sus colmenas, el pastor saca a sus ovejas para dejar el suelo libre de hierbas y además estas, van abonando el suelo, entre tanto la nieve aun esta en las cumbres de la Sierra del Moncayo.





Maravilloso equilibrio, almendros, abejas, ovejas y pastor

El espectáculo es emocionante, la naturaleza nos abre sus brazos para que sintamos que formamos parte de ella, la vista el olfato son los sentidos mas sensibles.




Almendros en flor, Moncayo al fondo




En la Sierra del Moncayo, se pone en marcha el motor de la vida, todo funciona de manera equilibrada.







Piquera
piqueras (entrada de las abejas al panal)





antiguo abejar


Es maravilloso recorrer todos los montes donde quedan al descubierto almendros que en otras épocas pasan desapercibidos, pasear por los campos donde el agricultor, mima sus almendros con el laborioso trabajo de la poda.
Alrededor de cualquier pueblecito por pequeño que sea tiene almendros en flor a su alrededor y eso realza aun mas su belleza.

flor de almendro



¡Ven a la Sierra del Moncayo!, recorre sus entrañas, disfruta de sus senderos, duerme en sus pueblos, consume sus productos artesanos. No te dejara indiferente y casi seguro que ¡volverás...!